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Cruzada

Esta fue la primera pieza de la colección y fue completada en el año 2000. Mide aproximadamente 30 cm de altura, está barnizada y colocada sobre una base de madera dura también barnizada. Evoca un momento del tango denominado “cruzada”, uno de los primeros movimientos que aprende la persona que sigue la marca en el tango, pero no necesariamente el más fácil de lograr. La escultura fue inspirada por mi propia experiencia como bailarina de tango tradicional rioplatense. Mi intención aquí es expresar la importancia de la conexión e interconexión entre los miembros de la pareja de bailarines, una conexión frecuentemente malentendida y bastante difícil de lograr en el tango. Se trata de una conexión con la música y, al mismo tiempo, con el compañero o la compañera de baile. Es una conexión que permite a la pareja moverse fluidamente y al unísono y que crea la ilusión de la pasión.

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